Es un hecho comprobado que los seres humanos necesitamos agua para vivir. Sin embargo, la calidad del agua puede variar mucho dependiendo de las fuentes que se utilizan para consumo y procesos. Por esa razón, es importante mantener un nivel óptimo del agua en nuestras industrias, convirtiendo así el tratamiento de agua en requisito indispensable para mejorar la calidad del agua. Si deseas saber más sobre cómo lograr un adecuado tratamiento de agua para tu industria, no dudes en seguir leyendo este artículo.

¿Por qué es importante tratar el agua?

El agua de los océanos tienen una temperatura promedio de 3.6°C y están compuestas principalmente por agua salada al igual que diversos ríos y lagos. El agua que se encuentra en estos lugares no es apta para el consumo por lo que el tratamiento del agua es necesario para que nuestro organismo pueda ingerirla con seguridad.

El objetivo principal del procesamiento de agua es remover los contaminantes que se han acumulado en el sistema y proteger la vida humana. Esta es una técnica para mejorar la calidad del agua y, por ende, la salud de las personas. Esta técnica genera beneficios tales como:

  • Reducción de bacterias-patógenos (comúnmente causantes de afecciones estomacales).
  • Eliminación o control de sustancias nocivas para el cuerpo humano (pesticidas, metales pesados y cloro).

Tratamiento del agua: un proceso necesario

El tratamiento de agua se realiza con el fin de eliminar los microorganismos patógenos y sustancias que pueden ser perjudiciales para la salud. Se estima que solo el 0.4 % del agua del planeta es apta para ser consumida. Debido a esto, es importante realizar este proceso para asegurar su uso en procesos industriales y el acceso de este recurso a todas las personas.

Proceso de potabilización

El tratamiento de agua que permite contar con este recurso para uso doméstico e industrial, se realiza a través de una serie de procesos que dependen directamente de las características y componentes del agua a tratar.

  • Pretratamiento. Este primer paso consiste en eliminar cualquier sólido de gran tamaño mediante la introducción de agentes químicos. Para esto, es necesario colocar una reja para que evita la filtración de ramas e incluso peces.
  • Coagulación y floculación.  Las bombas de baja presión se encargan de transportar el agua hasta una cámara de mezcla para incorporar los agentes que limpian el agua. Aquí también se realiza el ajuste del nivel de pH a través de ácidos y luego se añaden al agua agentes coagulantes, facilitando la agrupación de las partículas responsables del color y la turbidez del agua.
  • Decantación. Mediante la gravedad se separan las partículas en suspensión que transporta el agua. Los sedimentos nocivos más densos se quedan en el fondo, donde son eliminados, mientras que los menos densos continúan disueltos en el agua que ya ha sido decantada.
  • Filtración.  Posterior a la decantación, el agua debe pasar a través de un aparato poroso que retiene las partículas menos densas que no pudieron ser eliminadas en el proceso previo. Para esto, existen diferentes tipos de filtros como por membrana, arena o carbón activado, mismos que pueden ser abiertos y por gravedad o cerrados y a presión.
  • Desinfección. Para desinfectar el agua se añade cloro para eliminar todo tipo de bacteria o virus. De igual manera, para eliminar agentes patógenos de aguas subterráneas o manantiales naturales, se puede utilizar la irradiación de rayos ultravioletas o aplicar ozono y garantizar la calidad del agua durante todo el recorrido por la red de distribución.
  • Análisis. Una vez el proceso de potabilización haya concluido es necesario realizar un análisis del agua para asegurar que el proceso se haya realizado de manera exitosa. Esta debe ser incolora, inodora e insípida, de acuerdo a los protocolos de cada país.

¿Cuáles son los beneficios del tratamiento de agua?

El tratamiento de agua, además, tiene otras utilidades como por ejemplo la desalinización del agua marina en zonas donde no hay disponibilidad hídrica suficiente. Para todo esto existen los tratamientos convencionales, biotecnológicos y tratamiento de membranas. Proporciona muchos beneficios a toda la comunidad al brindar un suministro seguro y saludable que se adapte a cualquier necesidad. Entre estos se encuentran:

  • Suministros potables en condiciones higiénicas óptimas
  • Control de la contaminación de las aguas.
  • Proveer tratamiento adecuado para descargar residuos sólidos y líquidos al mar.
  • Mejora en los aspectos estéticos, tales como una mayor limpieza del paisaje que rodea el oleoducto.
  • Reduce los costos de tratamiento y procesamiento del agua.
  • Aumenta la protección contra desastres naturales, tales como inundaciones o sequías.
  • Mejora la calidad del agua que se usa para diferentes actividades y procesos industriales.

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