La digestión y disposición de lodo se realiza en las plantas de tratamiento de aguas residuales, durante las fases primaria, secundaria y terciaria, porque es donde se combinan los procesos físicos, químicos y biológicos. Durante la primera etapa se separa el agua servida de las suciedades, basura, tierra y arena para que finalmente sea derivada a su destino final. Pero ¿En qué consisten estos dos procesos?
Digestión de lodo
Los lodos necesitan una estabilización con el objetivo de reducir la presencia de patógenos y eliminar olores. Para esto, se procede con una reducción biológica del contenido de materia, oxidación química de la materia volátil, y agregar agentes químicos para evitar la supervivencia de microorganismos. Es por ello, que se emplean técnicas como la digestión aeróbica y la digestión anaeróbica.
Digestión aeróbica
En la digestión aeróbica se porque los microorganismos agregados siguen descomponiendo la materia. Estos microorganismos necesitan mantenerse en contacto con el aire para realizar sus funciones de forma eficaz y confiable. Presentan menos concentraciones de demanda bioquímica de oxígeno (DBO) en las aguas residuales. Por lo que, la inversión inicial es menor, porque se obtiene una producción estable. Sin embargo, se requiere un mayor costo energético asociado al suministro del oxígeno.
Digestión anaerobia
Se basa en la degradación de materia orgánica, por la ausencia de oxígeno molecular. Este proceso se ejecuta en un reactor cerrado donde se van almacenando los lodos, permaneciendo en ellos por tiempo indefinido. Cuando esté estabilizado, es extraído teniendo una concentración reducida de materia orgánica y agentes patógenos. En ambos casos se debe tener en cuenta la delicadeza de las operaciones.
Disposición final
La digestión y disposición de lodo son dos etapas importantes para el tratamiento del lodo. Se puede decir que los lodos están formados por sustancias contaminantes que pueden ser peligrosas para la salud. Y por ello, los residuos que son extraídos luego de efectuar muestreos, análisis bacteriológicos y otros estudios se logran separar en dos bloques de residuos peligrosos, y no peligrosos. Una vez que se efectúen los procedimientos en cada grupo se decidirá la disposición final que puede ser confinamiento controlado o de relleno sanitario biosólidos.
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